Normalmente, lo que le ocurre a la gente al enfrentarse a un cuadro así es que no lo comprende, simplemente se da por vencida y opta por la idea de que el autor era un tipo paranoico que se dedicaba a hacer lineas sin sentido y no aprecian lo que están viendo. No obstante, no todo el mundo siente esa frustración y esa incertidumbre al tratar de reconocer el cuadro ya que si tratamos de ir poco a poco podemos llegar a analizarlo por completo. El problema fundamental es que el nombre da a pensar que lo que en realidad deberíamos ver es un hombre perfectamente representado con todo lujo de detalles y claridad absoluta pero no es así. Lo que encontramos sin embargo es una confusión entre figura y fondo muy transformada y fragmentada. Para tratar de darle sentido entonces debemos lanzar congeturas y así ir acercándonos hasta un estado de conocimiento más profundo. Entonces es cuando podemos darnos cuenta de que ciertas líneas dejan entrever una cabeza y otras una guitarra y seguir así prácticamente con todas. La disposición piramidal, la pincelada y el uso del color dejan no obstante una pequeña idea de clasicismo frente a esa unidad conflictiva que veíamos al principio.
En resumen, una gran obra con mucho trasfondo sobre la que hemos estado trabajando esta semana en clase y sobre la cual trabajaremos para la que viene.


No hay comentarios:
Publicar un comentario